La postura corporal nos acompaña las 24 horas del día durante
toda la vida. Para poder cuidarla es importante entenderla.


Kendall definió, en 1985, la postura corporal como "la composición de las posiciones de todas las articulaciones del
cuerpo humano  en todo momento". Por lo tanto, cuando
hablamos de postura no nos referimos únicamente a una posición estática, sino a las posiciones consecutivas que implica el movimiento. Es un concepto dinámico y más amplio. De esta
manera, cuando estamos parados de pie, por citar un ejemplo,
tenemos una posición corporal determinada, al igual que la
tenemos cuando estamos andando o practicando deporte.
En este ámbito, la postura correcta es toda aquella que
respeta la columna y cualquier otro elemento del aparato
locomotor, sin sobrecargarlos. Por el contrario, la postura viciosa se refiere a la que sí sobrecarga a dichas estructuras, desgastando el organismo. Cuando una determinada postura viciosa se
automatiza por su repetición constante se instauran los llamados y temidos malos hábitos posturales.
Cuando nacemos estamos libres de vicios posturales y a no ser de
tener algún problema congénito, nuestra postura es potencialmente correcta. Dependiendo de cómo aprendemos a usar nuestro cuerpo mientras crecemos y de qué uso le demos, incorporamos o no determinados vicios posturales.
Dichos vicios "enemigos", en un principio pueden ser conscientes, pero luego se hacen inconscientes y los integramos


en movimientos diarios sin darnos cuenta. Las actitudes posturales incorrectas incrementan la posibilidad
de adquirir más vicios posturales y problemas de salud asociados, por lo que la situación se retroalimenta y cada vez empeora más.
Los factores que determinan la postura son varios:
desde la genética a los hábitos, la cultura, los defectos estructurales, y la personalidad y emociones.
Casi todos nosotros hemos sufrido alguna vez dolor de espalda o algún tipo de síntoma derivado de un mal postural, y no es de extrañar. Se calcula que, en España, los males posturales afectan al 80 por ciento de la población en algún momento de su vida, y son la causa de absentismo laboral.
En el caso correcto del dolor de espalda, es el 48 por ciento de los españoles y uno de cada cuatro lo hace de forma crónica. ¿Las causas? La mayoría están relacionadas con una vida sedentaria y la acumulación de vicios posturales, siendo el mayor de ellos dormir boca abajo (21 por ciento).
En nuestro país hay diagnosticadas millones de personas con este tipo de dolencias y, lo peor, muchas de estas no saben qué hacer con ellas. Pero esto no es todo. Las tasas aquí presentadas parecen seguir creciendo, y no solo no hacemos nada para pararlas, sino
que hacemos mucho menos para erradicarlas. Se trata DE
NUESTRA  SALUD,   DE NUESTRO BIENESTAR Y
DE NUESTRA VIDA. ¿No es suficiente para luchar?
Es muy difícil saber la causa exacta de un mal postural, pues
la postura depende de varios factores interconectados. Así
mismo, una postura incorrecta puede ser la causa disfrazada de

numerosas dolencias y enfermedades. El origen de la mayoría de
dolores posturales se encuentra en un sistema diferente al de donde aparece el síntoma. Así por ejemplo, una posición
corporal inadecuada puede conllevar problemas en la vista, aunque aparentemente no parezcan tener relación, y al revés: problemas de visión pueden desencadenar posturas incorrectas.
Hasta el momento,  la Medicina tradicional se ha centrado en tratar los síntomas, a base de analgésicos, antidepresivos (se ha demostrado que alivian el dolor y ayudan a dormir), opioides,
etc., sin tener en cuenta las causas.
Con la aparición de la Posturología (disciplina nueva que estudia el equilibrio ortoestático del hombre a partir de todos sus sistemas) y entendiendo el cuerpo como una unidad íntegra y global, es posible compatibilizar el tratamiento de las causas con el tratamiento sintomático, haciéndolos más
eficaces. 

Diego Torrente